No son buenos tiempos para Google. Desde 2006, el régimen comunista chino viene exigiendo la colaboración de Google para limitar el acceso de sus ciudadanos a la red, ejerciendo una tutela de contenidos y una censura sistemática en la versión china de su buscador, google.cn.
Google se negó a seguir colaborando en este sentido y no sólo ha sufrido amenazas sobre su negocio empresarial en China, sus sistemas han arrostrado ciberataques cuyo fin no era otro que el de acceder a las cuentas de correo electrónico de activistas pro derechos humanos chinos, “objetivo prioritario de los atacantes” en palabras de David Drummond, máximo responsable legal de la empresa, si no que en Europa y en Estados Unidos con extraña sincronía se han desatado verdaderas campañas contra los modelos de negocio de la empresa/buscador.