Hace poco dimos inicio a un nuevo año, despidiendo al anterior con un rito muy común entre nosotros, a saber: algunos bailamos, tomamos, comimos (algunos lo hicieron con otro órden), en fin, carreteamos felices esperando traer buena onda a este 2010, que a ratos cuesta pronunciar.
Como grupo, sociedad, o civilización, no hacemos más que dar continuidad a una especie de tedivm vitae y nos olvidamos del complot social que entre todos validamos: el tiempo. A ratos se nos olvida que es ¡sólo una palabra! y, claro, sólo es una convención ampliamente aceptada y que nadie osaría cuestionar. Ahora, si algún brujo desquiciado des-legitimara al tiempo con la aplicación despiadada de algún oscuro hechizo maleficavm, probablemente obtendría resultado positivo y se desataría una psicosis colectiva, teniendo como consecuencia: la llegada adelantada del 2012.
Lo importante es no olvidar nuestro objetivo. Este blog, tiene como norte discutir sobre eso que las mentes adormecidas del vulgo no comentan. ¿Quiere el amable lector un ejemplo? El software libre... por ejemplo. También podemos hablar de los límites de la ciencia moderna o sobre la alquimia y sus implicatorias sociales en la actualidad y en los fanáticos de Harry Potter. Más sugerente aún es la epistemología y el demarcacionismo, pero eso queda restringido a lo "fome", porque la mayoría encuentra esto último tedioso, sin-sentido o cabezón y sin aplicaciones prácticas.
Entonces, al igual que Mandela, nuestro objetivo es mantenernos firme ante el imperio de las mentes dormidas, el apartheid mental y del conocimiento, en algún momento caerá porque es burdo y da verguenza ante la comunidad internacional. Para su información: el Software libre ya es muy famoso como práctica ciudadana.
Recomendación: dado que este es el año de Sudáfrica, léase "Factor Humano" escrito por John Carlin. Notable libro sobre cómo el deporte, en este caso el rugby, puede ser una notable estrategia política para despertar a las mentes dormidas y embrutecidas, en contra del verdadero apartheid. Léase ese libro y pregúntele a Mandela cómo lo hizo. Editorial Seix barral.
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