jueves, 11 de marzo de 2010

Ayudar, no es moda...


No tenemos suficiente evidencia como para decir que, en algún momento Luhman pasó a la historia. Mucho menos, su teoría. Lo mismo decimos de Maturana y unos cuantos sistémicos más. Por lo tanto, diremos que está en plena vigencia, sobretodo, después de darme una vueltecita como civil y sociólogo, por allá cerca de Boyeruca, sur de pichilemu.

Dicha localidad rural, está gobernada por el adobe y prácticas campesinas dignas de ser rescatadas y reproducidas. Me refiero más que nada, a la cazuela de campo y al trabajo que se regala al vecino cuando éste cae en desgracia.

Un equipo de profesionales (voluntarios) realizó un catastro bien a la rápida, aprovechando la entrega de alimentos que organizaron. En menos de 24 horas, el dirigente sindical de los pescadores de Pichilemu nos llevaba por todos esos rincones rurales de Boyeruca devastados por la poca resistencia del Rey Adobe.

Dentro del catastro faltó incluir las características de esta forma de voluntariado, que ante las exigencias del andar, realizaba auto-emergencia y auto-poiesis en su sistema, replicando lo mismo a los grupos de elementos aledaños con los que se encontraba. La diversificación de actividades, permitía que sus elementos tuvieran bien definidos sus respectivos roles, entre otras cosas, y la ayuda alcanzara el norte correspondiente.

Lo mejor de todo, es que esto se publica a través de Ubuntu y la magnífica idea de Software libre. De a poco nos acercamos a un mundo con más copy left.

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