“La tecnología, por el hecho de englobar un conjunto extraordinariamente variado de conocimientos y hallazgos por medio de los cuales el hombre ha ido dominando progresivamente su medio natural, posee una historia cuyo campo tiene amplias ramificaciones de límites mal definidos”
T. K. Derry y Trevor Williams - Historia de la Tecnología (1era parte). Editorial Siglo XXI, 1977.
Antes que todo, creo yo, que la historia de las tecnologías es un cuento difuso y con personajes y tramas oscuras y deformes. En algún lugar escuché que la historia la cuentan los ganadores. Por lo tanto, la historia de ciertas tecnologías debe estar indicada en libros o hechos que denoten un festejo digno de campeones. Esto no es del todo correcto, porque los Nerd y también los Geek, acostumbran celebrar mesuradamente. (?!)
Sin embargo, en este espacio (me refiero a esta página) no cabe toda la inmensa historia que se ha contado (y la que no se ha contado ¡menos!) de grandes descubrimientos científicos o hallazgos sorprendentes. Sorprendentes digo, no sólo porque facilitaron la existencia humana, si no porque desarrollaron una discusión, o una pelea, donde el posicionamiento político de muchas personas que tenían que ver con el hallazgo y otros que no, fue lo que definió que usted, amable lector supiera de la existencia de estos avances. (Le doy un ejemplo: ¿Qué sabe usted del llamado software libre? ¿Todavía piratea para no pagar las patentes de sus programas? Entonces usted es lo más cercano a un "Nene" en el cyber espacio)
Para llegar rápidamente al grano, este “post” quiere hablar sobre los impactos sociales de ciertas tecnologías. Internet es una tecnología que impactó fuertemente a los seres humanos. Sin embargo, para manejar esta tecnología, hubo que desarrollar otras tecnologías. Les presento la relación entre software y hardware.
Un software, son ideas, comandos u órdenes preestablecidas que facilitan la interacción entre el computador y el hombre.
Un hardware, es otra idea, pero mucho más concreta, de hecho un computador es un conjunto de hardware.
Cuando se empezaron a desarrollar los computadores, quedó claro que no serían gratis para toda la humanidad. ¿Por qué? Yo no lo sé, el asunto es que había que lucrar con esa nueva tecnología, a pesar de que facilita el diario vivir de los humanos, el computador se vende hasta el día de hoy. Por otro lado, un software, también puede ser un Sistema Operativo. Éste, a su vez, facilita enormemente la interacción entre hombre y máquina. No obstante, también se paga. Es decir, hay gente que lucra con ellos.
Sin ánimos de criticar negativamente a las personas que venden softwares, creo que también es válida la postura de aquellas personas, programadores particularmente, que liberan el código central de sus softwares (incluidos los S. O.) y derechamente regalan su creación.
Un primer impacto social que se desarrolló en los tardíos '80, todos los '90 y también a través de lo que va del siglo XXI, son las licencias en materias de propiedad intelectual. En el cyber-espacio esto caló profundamente, ya que hubo programadores como Richard Stallman que renunciaron a lucrar con un software, creyendo que la utilidad de estos en el futuro iba a ser central, sobretodo para la vida de los seres humanos. Por lo tanto, esta persona, creyó que era necesario luchar contra aquellos empresarios que lo contradecían y además de renunciar a su trabajo formal en no sé qué instituto de investigación sobre inteligencia artificial, este personaje, Stallman, siguió los pasos de Marx y escribió un ¡manifiesto!. Me refiero al Manifiesto GNU, donde explica detalladamente su forma de pensar, también habla sobre la utilidad del software en el futuro y al mismo tiempo explica por qué debería ser libre. Son los inicios del Creative Commons, por decirlo de alguna forma, o del Copy Left, donde la propiedad intelectual sobre la creación de alguna tecnología es un enorme y absoluto oxímoron, ya que venderla es restar la posibilidad de vivir mejor a las demás personas. Es como una canción, si la regalas, quizás no todos sabrán quién la creó, pero eso qué importa, porque si es buena, tú y todo el mundo la podrán cantar como se les ocurra en el patio de su casa o en el parque compartiendo con los amigos.