El culo complicaría eventualmente el rodaje, pero ahora son
las ocho de la mañana y espero el tren en la estación central. La cita es en
Sant Vicenç de Calders, dirección Tarragona, a una hora y media de Barcelona,
frente al Mediterráneo. Cataluña festeja en familia. Es feriado por el Día de
Reyes.
El tren sale puntual. En pocos minutos, la capital de la región más rica de España será menos glamorosa. La periferia es como cualquier otra: edificios pobres, basureros, desarmaderos de autos, pedazos de tierras mal cultivadas, fábricas, depósitos, polvo, caras tristes y, esta vez, al final, un mar.
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